Este es el Blog de Rodolfo Jorge Rossi, nacido en la ciudad de La Plata, Argentina.

Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.

Trabajó en producción de programas radiales con José María Muñoz y Antonio Carrizo.

Ha publicado en el Diario “El Día” de su ciudad natal y en la Revista “Debate”.

Actualmente escribe en “Buenos Aires Tango y lo demás”, que dirigen los poetas Héctor Negro
y Eugenio Mandrini, y en “Tango Reporter” de la ciudad de Los Ángeles, EE.UU.

En 2007 publicó un libro de relatos “Croquis y siluetas familiares”, Editorial Vinciguerra.

Son padrinos celestiales de este sitio Fernando Pessoa, Carlos Gardel y el trompetista Rondinelli.

domingo, 31 de enero de 2010

Una opinión original sobre el origen del tango

Capitán Richard F. Burton




El Sr. Musante es un destacado integrante de la cátedra del café.
Sus conocimientos de tango tienen un valor agregado por el hecho de que Musante estuvo muerto 22 años. En su viaje por el otro mundo conoció a mucha gente que ya no está; en eso consiste su saber inigualable. En el cielo tomó mate con Arolas, Greco y Alfredito Lepera.
Por eso, cuando Musante habla, en el café el silencio es absoluto.
Una mañana preguntó uno:-Musante, ¿Cómo anda?
Respondió:-Reponiéndome de la muerte.
-Cuente de alguno que conoció en el otro mundo, dijo el rengo
-Voy a contar sobre un agente inglés que se hizo un gran tanguero.
Y arrancó Musante: “Hubo un personaje singular que estuvo en la Argentina en el siglo IXX. Me lo presentó Vicente Greco en el Café “El Pensamiento”, lugar de encuentro de tangueros después de la muerte. Se llama Richard Francis Burton, tiene el grado de Capitán, y estuvo en la guerra del Paraguay.
En el café Burton contó que lo había conocido a Justo José de Urquiza.
Yo estaba destinado en el Consulado Inglés de San Pablo, en Brasil, contó Burton, y me dieron la orden de trasladarme a Buenos Aires, para entrar al Paraguay con la retaguardia de las tropas. Desde Buenos Aires fui en barco a Entre Ríos y estuve unos días en el Palacio San José invitado por Urquiza.
Una noche contó la batalla de Caseros y que los brasileños, que formaban parte de sus tropas, introdujeron la milonga en Buenos Aires.
La palabra es africana, de la etnía de los quimbunda. Y prendió en la banda Oriental y en Buenos Aires. Esto se lo cuento porque en este lugar sagrado me hice tanguero, y estoy investigando sobre el origen de vuestra música popular. Urquiza tiene perfil de tanguero, continuó Burton.
Piense, Musante, que se sentaba en su caballo tomando mate mientras cientos de enemigos rendidos eran degollados. El miraba la carnicería con ojitos soñadores. Un melancólico total. Me lo he cruzado por acá y lo he invitado a las tertulias de tangueros. No viene porque dice que el tango lo entristece.
Tiene, Urquiza, la emoción a flor de piel. Una noche en su palacio, conversando en la sobremesa, sus amigos le dijeron que la corona del Emperador de Brasil, Pedro II, debía pasar a su cabeza. Urquiza escuchó en frío y abstraído silencio, profundo y solemne. Después lloró como una mujer.
Volviendo a la milonga, con el Paraguay destrozado, los desertores se establecieron en el Gran Chaco, formando un amplio quilombo o establecimiento de fugitivos, donde brasileños y argentinos, orientales y paraguayos vivían juntos en mutua amistad y enemistad con el resto del mundo, unidos por el ritmo universal de la milonga.
Y en el quilombo del Gran Chaco estaba latente el tango.
Continuó el Capitán:-Musante, le quiero presentar a un amigo muy querido protagonista de un tango memorable de Don Enrique Cadícamo. Se trata de “Olvidado”. Y dirigiéndose a un criollo que tomaba ginebra en otra mesa dijo:-Contreras acercate que te quiero presentar. El criollo, con el vaso en su mano izquierda me extendió la derecha:-Contreras, para servirlo, dijo. Se que no soy querido por algunos poetas del café que usted frecuenta, pero son cosas que pasan. Me asesinaron el día que me casé. En medio de la fiesta apareció uno para llevarse a mi esposa y yo la defendí.
Juan Luz Mala me apuñaló y agonizando le dije a mi china:

Llévame unas flores, vení a visitarme,
la tierra es muy fría pa’estar olvidao,
Adiosito gaucha, te estaré esperando,
me voy apagando de puro finao.


¿-Y ella lo visitó? pregunté.
-Nunca, respondió Contreras. Jamás vino al cementerio.
-Entonces yo que tengo que decir, apuntó Burton. –Traduje al inglés “El libro de las mil y una noches”, y el “Kama Sutra”. El día de mi muerte, mi mujer quemó todos mis manuscritos y traducciones que tenía para publicar. Me consideraba el demonio. Pero hay que perdonar, continúo Burton.
Yo perdoné, dijo Contreas.
¿-Como hizo para desprenderse de la bronca? pregunté.
-Escuchando radio, contestó Contreras.
Primero con las audiciones del “Ñato Desiderio”, con Mario Fortuna. Después con “Gran Pensión el Campeonato”, creación de Enrique Dátilo.
-Burton nos aconsejó escuchar la radio para ser felices de nuevo, y así fue, dijo Contreras.
-¿Escuchaban programas de radio? pregunté.
-No nos perdíamos una audición, contestó Burton. La emoción era general cuando en la mañana del domingo se oía la voz de doña Asociación:

A los clubes, a la afición,
que a mi lado congregué,
saluda con emoción,
Asociación balompié.


Y el cierre final:

Sigan por ese camino
que la vieja Asociación,
hará ganar los partidos,
con la justicia y razón.

Concluyó Burton:-Cuando terminaba "Gran Pensión el Campeonato" el cielo era una fiesta.

domingo, 24 de enero de 2010

Emanuel Swedenborg y el tango

Emanuel Swedenborg


Uno de los integrantes más destacados de la cátedra del café es el Sr. Musante. Sobresale porque es el único tanguero que volvió de la muerte.
El Sr. Musante falleció el 5 de enero de 1960 y regresó a la vida en marzo de 1982. Por lo tanto es el hombre indicado para hablar del otro mundo que conoce en profundidad, y recorrió durante 22 años.
Una tarde cualquiera en el café preguntó uno:-Musante cuéntese algo del mundo de los muertos.
El Sr. Musante, que es un hombre muy fino, no se hizo rogar, dijo: “La gran sorpresa y felicidad que recibí al llegar a el otro mundo fue que este es igual al que describe Emanuel Swedenborg. Me explico. Yo creía en lo que dice Borges: “Un muerto no es un muerto, es la muerte”, pero no es tan así.
Cuando uno crepa, no se da cuenta de que está occiso porque todo sigue transcurriendo igual durante algunos días. Pero en un momento el muerto percibe que la luz se hace más intensa, y se le aparecen formas y colores desconocidos. Se da cuenta entonces de que está difunto y su vida ha transitado por un mundo de sombras.
Resumiendo, en el nuevo lugar hay más luz y los colores son más intensos. Lo demás, en el hades, es más o menos lo mismo.
En una segunda etapa al finado se le acercan desconocidos a conversar.
Se trata de ángeles o demonios. Estos ángeles son muertos que se han transformado en ángeles, y los demonios se han trasformado en demonios. Es que después de la muerte sigue existiendo el libre albedrío.
Dios no condena a nadie al cielo o al infierno, pero como el hombre mantiene el libre albedrío, elige el lugar donde se siente a gusto.
Algunos se rodean de ángeles y van al paraíso. Otros se sienten felices con los demonios y eligen el infierno. Juega mucho el temperamento de cada uno. Si se tiene temperamento angelical, elige rodearse de ángeles.
Si el temperamento es demoníaco sus amigos serán los demonios.”
Continuó el Sr. Musante: “Primero me vinculé con demonios porque yo quería conocer el infierno. Descendí con mis nuevos amigos al infierno que consiste en un gran pantano. Hay ciudades destruidas por incendios y otras, muy antiguas, cubiertas por el agua.
Una suerte de Chacarita inundada.
Ahí los condenados se sienten felices.
Viven atacándose unos a otros, conspirando, y llenos de odio.El cielo es lo contrario. El cielo es un mundo gobernado por ángeles.
Hay sociedades de ángeles y ahí, en el cielo, se encuentra Dios, que está representado de manera simbólica por el sol.
Swedenborg dice con toda razón que el hombre elige el cielo o el infierno por la bondad, la justicia, la inteligencia, y sobre todo, por el ejercicio del arte. Y esto es muy importante.
Los artistas están en el cielo, y en ese cielo que yo conocí ocupan un lugar privilegiado los tangueros.
Están todos juntos tocando “La Cumparsita”.
En ese lugar luminoso se destaca uno de ellos, que es el preferido de Dios. Pero esto no desata la envidia ni los celos de los otros.
Esas emociones no caben en el cielo”.
Curioso pregunté:-Musante, cual es el preferido de Dios.
“Ángel Vargas y está sentado a la diestra de Dios padre.
Angelito, se bueno, cantate algo dice el Señor, y Ángel arranca con ¡Arriba viejo Yacaré! que es el tango preferido del Padre Eterno”.
Continuó Musante: "Mencioné antes que la metáfora del paraíso es el astro rey.
Cuando caminaba por el cielo recordaba la frase rotunda de mi amigo Pepe Carrozzi:-Cuando canta Ángel Vargas sale el sol”

domingo, 17 de enero de 2010

Hortensio Ernesto Pellizzari. Un maestro.

Rodolfo Rossi y Hortensio Ernesto Pellizzari. Año 1974

Lo conocimos en nuestro primer trabajo, promediando los años 60, y quedamos asombrados por su sabiduría acerca del Buenos Aires antiguo, el tango y el infaltable prostíbulo.
Hortensio Ernesto, hijo de un sastre triestino, había nacido en General Guido, Provincia de Buenos Aires, en los comienzos del Siglo XX.
Cuando cursaba el colegio primario su familia se instaló en el barrio de Caballito.
Rápidamente, Hortensio se destacó como futbolista en los inmensos baldíos del bajo Flores.
Se hizo jugador de fútbol profesional, e integró la zaga famosa de Ferrocarril Oeste de 1931: Santoro, Badino y Pellizzari.
Ese año concretó un gol notable a River, en el estadio de Alvear y Tagle, que quedó en la historia del fútbol.
Jugó también en Vélez y terminó su carrera deportiva en América de Río de Janeiro.
Contaba que llegó a Río en barco una tarde de Carnaval de 1938.
En el puerto no había nadie. Tampoco estaban los dirigentes que lo habían contratado, y debían estar esperándolo.
-¿Qué hiciste?, le preguntamos.
-Alquilé un disfraz de Pierrot y empecé a correr minas por la calle.
Cuando se retiró del fútbol se empleó en el “Instituto del Café”.
-Estuve un par de años pero extrañaba.
-A tu familia, dijo uno.
-No, al Tarila y a Benito Bianquet, el Cachafaz.
En Río no había tango y mi hermano y yo bailábamos muy bien.
Me volví, ubiqué a Bianquet y la primera noche en Buenos Aires bailamos hasta el otro día.
Cultor del verso alejandrino hablaba como un personaje de un Mester de Juglaría criollo, con domicilio en la calle Cachimayo.
Era cobrador de la radio donde trabajábamos, y a la tarde anotaba en un cuaderno, con una letra diminuta, las cobranzas que debía realizar al otro día.
De improviso se escuchaba su voz:- Apurate Pellizzari que te va a agarrar la noche, y salía despedido hacia la calle antes de que saliese la primera estrella.
Un erudito en tango y prostíbulos.
Contaba que los sábados a la medianoche, desde Primera Junta salía un tranvía sin número que llevaba hombres solos.
El recorrido terminaba en los prostíbulos de Mataderos.
Reflexionaba Hortensio:-El quilombo era un lugar donde uno se divertía sanamente.
Gran bailarín de tango, sabía, además, de orquestaciones y cantores a través de los años.
Al vernos siempre con libros una vez preguntó: -Ustedes que leen tanto, seguramente conocen la historia de Iacopo Rusticucci. Le dijimos que no. ¿-Quién era? preguntamos.
-Un personaje de la Divina Comedia, contestó.
¿-Leíste La Comedia? pregunté sorprendido.
-En italiano, como corresponde, repondió.
Y contó la vida de Rusticucci.
-Era un gran bacán de Florencia pero la mujer lo fajaba y el pobre terminó en el Infierno de los sodomitas, como se dice ahora.
La vida de Iacopo Rusticucci nos deja una enseñanza, el hombre debe ser hombre aunque la mujer le pegue, concluyó.
Pensamos que nos estaba cargando y fuimos al libro.
En el CantoXVI del Infierno, versos 43 al 45, Iacopo dice:
E io, cue posto son con loro incroce,
Iacopo Rusticucci fui; e certo
La fiera moglie piú ch’altro mi nuoce.

También leía, de manera crítica, el Antiguo Testamento.
Comentó: -Jehová era un Dios malo por que de chico le pegaban con un palo. Después se encargó de matar a su propio hijo que murió en la cruz. Al final Jesús, que tenía cara de gil de lechería, resultó un rusito piola.
Se quedó con todo, ahora todos le rezan a él y del padre nadie se acuerda. Toma mate, remató.
Una tarde Hortensio se jubiló y dejamos de verlo por años.
Supimos que estaba enfermo y lo visitamos en su casa centenaria.
Se alegró cuando llegamos. Un rato después me tomó de la mano y dijo:
-Pasa el tiempo inexorable y envejece la materia.
Después la noche lo alcanzó.

domingo, 10 de enero de 2010

Carlos Gardel en la hoguera

Galileo Galilei


Fue en el año 1984.
Una noche compartí la mesa con el periodista y escritor Edmundo Guibourg en una parrilla de la calle Talcahuano.
La conversación giró sobre su amistad con Carlos Gardel y otros próceres del tango.
Cuando promediaba la velada, de improviso comentó: -A Gardel lo asesinaron.
Se produjo un silencio que fue roto nuevamente por Don Edmundo: -lo mató la Iglesia Católica.
Tras cartón contó la siguiente historia:
“Los curas nunca quisieron a Gardel por que era la imagen del demonio.
Y ese delirio contra el Zorzal se acentuó cuando el tenor Enrico Caruso expresó públicamente que Carlos Gardel tenía una lágrima en la garganta.
La Iglesia tampoco quería al tenor italiano, porque Caruso era amigo del armenio George Gurdjieff, un hereje.
Cuando murió Caruso en 1921 los curas se calmaron, pero la bronca permaneció latente.
En el año año 1930, cuando Gardel adquiera relevancia mundial, es presentado en público como “la voz de Dios”.
Esa calificación despertó en el papado el odio dormido y decidieron tomar cartas en el asunto.
Entonces en el Sínodo anual reunido en Roma en 1933, el Papa Pío Xl, analizó junto a los cardenales vida y obra de mi amigo”.
¿-Por qué era diabólico Carlitos? , pregunté.
“Tuvo un vida distinta que irritaba a los curas. Esa vida comenzó en 1890 cuando en Toulouse, Francia, nació un hijo del amor, producto de una relación incestuosa entre Berta Gardes y un primo hermano seminarista, también de apellido Gardes. Al niño lo llamaron Charle Romuald.
Rechazada su madre por los prejuicios de la época migran a Buenos Aires cuando Carlitos tenía dos años. También los curas manejaban otra versión. El padre sería un Ingeniero llamado Paul Lasserre.
En Buenos Aires Doña Berta se empleó como planchadora y su hijo se crió en la calle.
Ni siquiera la presencia de un Santo a su lado, como Ceferino Namuncurá, compañero de coro en un colegio Salesiano, logró redimir al díscolo Carlitos.
Se destacó en la escuela primaria por blasfemo y tener, además, un notable cross de derecha.
No tenía problemas de aprendizaje, pero lo que no conformaba a los Salesianos era la conducta del chico”.
-Se lo pasa escupiendo imágenes religiosas, es un impío, dijo un cura azorado a Berta, la madre, que había sido llamada para que sacase al niño del colegio.
“A Carlitos no le importaba nada.
Solamente era feliz en las calles del barrio del Abasto, rodeado de curdas, cirujas, mendigos y delincuentes.
Doña Berta se desprendió de su hijo que fue alojado en lo de una vecina, llamada Rosa Franchini.
Al terminar el colegio primario Carlitos se dio cuenta que tenía un don. Los que lo escuchaban cantar lo invitaban a comer, deslumbrados.
Cayó preso varias veces y su garganta, entonando canciones criollas, conmovía a la Policía y recuperaba, siempre, la libertad.
Detestaba a la autoridad y a todo lo que esta representaba.
Con los curas la relación iba del asco a la risa.
A los trece años se hace muy amigo de Luís Sanguinetti, propietario de la cantina “Chantacuatro” donde canta todas las noches por la comida.
Descubre el aplauso y el vino carlón. En la cantina conoce a José Gambussi, el “Tarila”, y a el “Cachafaz”, los mejores bailarines de todos los tiempos.
A los catorce años se escapa de la casa y lo encuentran varios días después en un prostíbulo de Florencio Varela. Se hace cantor de quilombo, traba amistad con cafiolos y pupilas. Las putas lo adoraban”.
Alguien preguntó:- ¿dónde se conocieron?
“Lo conocí en un comité Conservador del barrio de Balvanera.
Nos hicimos muy amigos, los dos teníamos el mismo origen y hablábamos en francés. La amistad se consolidó en una gira que hicimos a Brasil. Formaba parte de compañía teatral el actor Elías Alippi.
Los tres nos hicimos inseparables.
Pero hay un hecho relevante que consagra a Carlitos por su valentía pero que la Iglesia toma a mal. El 10 de diciembre de 1915, a la salida del Palais de Glace, una patota encara a Elías Alippi y le dice que que no pise más el lugar porque lo quieren libre de judíos. Carlos Gardel reacciona defendiendo a su amigo. Un integrante de la patota, de apellido Guevara, saca su revolver y apunta al corazón de Elías. Gardel se interpone y recibe un disparo en el pecho. Se salva de milagro. Ese es el momento que la Iglesia le empieza a prestar atención. No puede ser que un criollo ponga el pecho por un rusito. Algo raro pasa con ese muchacho. A partir de ahí asignan a Carlitos un seguimiento especial que termina en lo que dije al comienzo, cuando lo presentan como la voz de Dios.
No saben como eliminarlo y así llegamos al Sínodo de 1933 donde el Papa Pío XI con su secuaces encargan al Cardenal Pacelli que durante 1934, cuando se realice el “Congreso Eucarístico Internacional” en Buenos Aires, tome los recaudos del caso y se encargue de matar al Zorzal.
Éste debe morir quemado como Giordano Bruno.
La muerte de Gardel, como la de Bruno debe tener un efecto disuasorio ante el avance de la ciencia, el sexo, y el comunismo.
Pío XI le recalca a Pacelli que no debe fallar. Que no pase lo de Galileo Galilei que se retractó ante el Tribunal y después siguió cantando.
Durante el “Congreso Eucarístico”, en Buenos Aires Pacelli se conecta con los peores sectores de la Iglesia.
Ordena: “Carlos Gardel es el anticristo y debe morir en la hoguera”. No tiene moral, es hijo del amor, puso el pecho por un judío y se presenta como la voz de Dios.”
La orden se cumple en Colombia el 24 de Junio de 1935 y Carlos Gardel es inmolado en Medellín.
Esa noche Roma está de fiesta. El Papa organiza una reunión para festejar la muerte de Carlitos, pero se pasan en los brindis y la información que tenemos los tangueros es que hubo tiros y puñaladas en el Vaticano.
Todos los Cardenales terminaron en cana.
En Buenos Aires festejaron Monseñor Franceschi y los miembros más encumbrados de la Acción Católica. La cátedra del café tiene conocimiento que Monseñor Franceschi al cerrar la velada dijo: -Brindo por el final del Zorzal en la hoguera.
Ha muerto un tenorio de conventillo, fiolo de arrabal.
Para rematar:-¡Cómo sería de gaucho Gardel que murió asado! "

domingo, 3 de enero de 2010

La Tanguidad:Idea Platónica. De la Apología de Sócrates a la Apología Tanguera

Presocráticos tangueros


Una tarde, Norah Borges le hizo una confidencia a Bioy Casares: -Sabes Adolfito, los niños son anteriores al cristianismo.
El filósofo griego Platón, también era, como los niños, anterior a Cristo.
Además Platón se destacó por ser uno de los grandes protangueros.
Los llamados presocráticos y después Platón desarrollaron la teoría de las Ideas. Está dada por la división entre un mundo de cosas visibles, materiales, y otro mundo que compone las Formas de esos objetos.
Para Platón las Formas de dicho mundo son la perfección, los modelos a través de los cuales se construyen las cosas físicas, copias imperfectas de las formas.
Platón dividía la realidad en dos:
1) El mundo de los sentidos: lo que perciben nuestros sentidos, cosas que aparecen y se van.
2) El mundo de las Ideas. Solo llegamos a él a través de la razón y no de los sentidos. Las Ideas son eternas e inmutables.
Platón creía también en la existencia del alma que estaba presente en el mundo de las Ideas hasta que decidía incorporarse a un ser humano en el mundo de los sentidos.
Cuando el alma se introduce en un cuerpo se olvida de su pasado en el mundo de las Ideas. Pero mantiene, el alma, un vago recuerdo, una especie de nostalgia del otro mundo.
El alma siente: “La vergüenza de haber sido y el dolor de ya nos ser”.
Borges, en “Evaristo Carriego", escribe: “Diríase que sin atardeceres y noches de Buenos Aires no puede hacerse un tango y que en el cielo nos espera a los argentinos la idea platónica del tango, su forma universal”.
El escritor Tulio Carella, lamentablemente olvidado, en su libro “Tango mito y esencia” llama las cosas por su nombre: “El origen del tango yo lo atribuía a la tanguidad. Esto es a una Idea platónica generadora, que se vale de individuos para expresarse a otros individuos”.
Siguiendo en la línea de Borges y Carella la cátedra del café discutió durante mucho tiempo sobre cual sería la forma universal de la Idea platónica del tango. Y así como hay una Idea del caballo y en el mundo sensible están los caballos, los hombres sabios del café se preguntaban que tango representaba la Idea del tango. Cual era el tango eterno e inmutable.
Empezaron mencionando los tangos primordiales.
Prevaleció “El Entrerriano”, de Rosendo Mendizábal.
Pero grandes dudas perturbaban a los catedráticos del café.
Se consultó entonces a filósofos destacados con resultados negativos.
Aducían que era imposible responder correctamente esa pregunta.
Fue entonces que uno de los hombres sabios, Julio Paredes, el poeta del barrio, dio en la tecla.
-Estamos buscando mal, equivocamos el rumbo, la respuesta no la puede dar un filósofo sino un poeta, concluyó.
-Usted, Don Julio, es un poeta, dijo el rengo.
Paredes fue terminante:-Si el alma que nosotros llevamos dentro tiene nostalgias del mundo de las Ideas, el alma sensible de un tanguero puede orientarnos en la búsqueda del tango arquetipo, eterno e inmutable. Tenemos que hablar con Homero Expósito y Enrique Cadícamo, ordenó.
Nos dimos cita en un café para hablar con Expósito. Este, con un whisky en la mano dijo: -Claro que debe haber un tango originario, pero la respuesta la tiene Enrique Cadícamo.
Le preguntamos por qué.
-Porque es un hombre culto, conocedor de Heráclito y Parménides, y además ha estudiado a Platón.
Al final dimos con Cadícamo y le explicamos nuestra angustia.
Don Enrique, serio, dijo: "No se preocupen que yo creo tener una respuesta. Una noche compartida en el cabaret con Juan Carlos Cobián, sentimos ambos una sensación de plenitud. El alma del tango trascendía y nos llevaba a otro mundo. Juan Carlos compuso “Mi refugio”. Para él este era el arquetipo".
"Yo seguí investigando y una madrugada, con el cabaret cerrado, un impulso me llevó a escribir “Apología Tanguera”. Sentí que el mismo Sócrates me dictaba la letra. Eso fue en 1933, han pasado muchos años, y estoy cada día más seguro que esa noche la compartí con el finado Sócrates".
"Hay versos que son la voz del filósofo: "

Tango rante que tenés
el alma de un cachetazo
que vas llevando un hachazo
en la frente y lo escondés.


"Y los dos últimos versos son la despedida del griego antes de tomar la cicuta. Sócrates me dictó: "

Soy la risa y soy la muerte
vestidas de sabio griego.

"Yo escribí el final que se conoce ahora: "

Sos la risa y sos la muerte
vestidas de milonguero.


Concluyó Don Enrique: "Platón tendría que recibir, post-mortem, el premio “Alfredo Gobbi”, que otorga la Academia Nacional del Tango. Su aporte a nuestra música popular es inconmensurable".
Como colofón el maestro se llevó a los labios una copa de Cubana Sello Verde, y se hizo el silencio.


Rosita Quiroga canta Apología Tanguera:
http://www.youtube.com/watch?v=sl_JygPAniU